Crítica de cine: Ant-Man.

Una de las quejas que empiezan a ser más frecuentes sobre las películas de superhéroes en general y las de Marvel en particular es que son lo que últimamente se ha dado en llamar como «formulaicas». Esta palabreja, que no estoy seguro de que esté si quiera en la RAE, viene a decir que están todas cortadas por el mismo patrón, que son genéricas y predecibles, en definitiva, que siguen todas una fórmula preestablecida. Y aunque a mí esto me parece un poco como criticar a Coca-Cola por usar siempre la misma fórmula (o, en un símil más cinematográfico, como criticar a las pelis del oeste porque siempre usan pistoleros) hay que reconocer que algo de razón llevan en que una fórmula, aunque sea una exitosa y que guste, termina por cansar si no se le introduce al menos algún aderezo que le de vidilla de vez en cuando.

Creo que Marvel, dentro de su fórmula, ha sabido introducir aderezos aquí y allá en otras de sus películas, pero entiendo que el salirse un poco más de lo habitual de los convencionalismos del género sin por ello dejar de llevar el sello Marvel es algo muy positivo. Algo que hará que tanto los que venían disfrutando con la fórmula Marvel, como  los que empezaban a notar un cierto hastío, vean expandirse las posibilidades de lo que se puede ver en una película de estas características (a los que nunca les ha llamado la atención estas cosas tampoco les supondrá gran diferencia, al fin y al cabo esto siguen siendo superhéroes y sigue siendo Marvel, chavales).

Todo esto viene a que Ant-Man es sin duda la película Marvel hasta la fecha que más apuesta por salirse del camino trazado (y por lo que se ve en el film, todo apunta a que podría haberse salido aún más si el valedor original, y en principio director del proyecto, Edward Wright, hubiera seguido a los mandos, lo que da una idea del por qué de su abandono final). Olvidaos de Guardianes de la Galaxia. Aunque como en aquella, el elemento humorístico está más presente de lo habitual, en esta parece mucho más intrínseco a la naturaleza del personaje y de sus poderes. No porque este sea risible, ni mucho menos, si no por las inmensas y bizarras posibilidades que abren sus habilidades, añadidas al punto de vista de un protagonista mucho más mundano y cercano al hombre de la calle (un ladronzuelo habilidoso y no un millonario, un supersoldado o un dios).

Añádase a eso los elementos propios de una película de género «heist» (tipo ocean´s eleven, de robos sofisticados, vamos) y tendremos una película de superhéroes realmente particular, fresca y divertida, quizá con algún (ligero) problema de ritmo hacia la mitad, pero muy disfrutable, con muchos momentos entre lo épico y lo cómico, sobretodo un clímax que parece una mezcla entre «El hombre de acero» y «Cariño, he encogido a los niños».

Todo sin descuidar un reparto que está francamente bien en lo suyo y unos efectos especiales sobresalientes que contribuyen a hacer de la función lo que es. Y por supuesto montones de «easter eggs» para los fans.

¿Las pegas? Por mi parte pocas y ya mencionadas. Que el ritmo en algún momento quizá decae y que al fin y al cabo esto sigue siendo Marvel, por lo que si alguien realmente quiere ver verdadera transgresión y salirse de los esquemas del género totalmente (no es mi caso) puede sentirse defraudado y pensar que en el fondo es más de lo mismo.

Por lo demás, lo dicho, una pequeña gran película.

~ por ultronilimitado en julio 25, 2015.

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